Reducir, reusar, reciclar. Esos eran los tres objetivos principales del personaje de un cuento que leía a mi hijo cuando era pequeño. Objetivos que eran necesarios para llegar a su meta… salvar a los osos polares. Para ello, recuerdo que el entrañable personaje, una especie de marmota americana, fabricaba una rudimentaria y casera máquina para controlar el cambio climático.

Con la publicación esta semana de nuestro boletín titulado GREEN CONCEPT, con el que queremos insistir en ser cada vez mas conscientes de lo necesario de ser responsables y consecuentes de nuestros actos para con el medio ambiente, se me viene a la memoria el bonito cuento que leíamos madre e hijo por las noches.

Y es que todo no está en las manos de los políticos y las grandes multinacionales. Hay que implicarse al máximo como ciudadanos de a pie y aportar nuestro granito de arena, pues juntos somos millones de montañas de arena.

Antes del verano asistí a una conferencia sobre medio ambiente donde tuve el privilegio de escuchar a la economista y reconocida ecologista Cristina Narbona y a la politóloga y activista Ana Etchenique, aprovechando la presentación del libro que escribieron juntas y, os asesuro que las cifras de las que hablaban ponían los pelos de punta.

Por mencionar un dato destacable, en el año 2017 hemos llegado a producir 300 millones de toneladas de plástico. En el mar, la mitad de lo que hay, contando fauna y flora, la mitad es plástico. ¿Qué está pasando para que no nos paremos a pensar en el impacto de nuestra forma de vivir y en el estrago que estamos originando?

Vemos a diario reportajes en la tele donde aparecen miles de tortugas y otras especies ahogadas por los plásticos que ingieren. Costas enteras donde lo único que llegan son toneladas de basura que allí se van acumulando con la consecuencia directa del deterioro de los organismos vivos del lugar.

¿Y no hacemos nada? ¿Saben en cuantos hogares de amigos y conocidos cercanos no se recicla aún? Yo me asombro cada día de lo poco implicados que estamos todavía con nuestro planeta Tierra, al que deberíamos llamar planeta Agua, ya que un 70% del planeta es agua. Y es que considero que hay un factor importante: la facilidad de abrir un grifo y obtener agua potable. ¿Alguna vez se han parado a pensar en este hecho? Les aseguro que si viviéramos en otro continente y careciéramos de esa facilidad, igual valoraríamos más nuestras comodidades diarias.

Hay una historia muy bonita que dice que los soldados rusos, tras la guerra con Napoleón, volvieron a sus pueblos llevando con ellos grifos que no habían visto nunca , pensando que con solo poner el grifo en la pared… iba a salir el agua.

Esta historia nos debería llamar la atención para que los ciudadanos, como ustedes y como yo, desde muy pronto enseñemos a valorar a los más pequeños de la casa los bienes básicos que garantizan la vida. Y uno de ellos es el agua.

Así que, volviendo al boletín GREEN CONCEPT de esta semana, empecemos a aportar ese granito de arena para, como decía el personaje del cuento con el que iniciaba este artículo, nos ayude a salvar a los osos polares y a mucha de nuestra necesaria fauna marina liberándola de residuos plásticos.

Empieza por llevar contigo al supermercado una bolsa de algodón o de yute donde meter tu próxima compra. Estarás cuidando de tu planeta y además ayudando a una marca a publicitarse decorándola de una forma atractiva y estilosa. Las marcas con sus promociones publicitarias y los ciudadanos deben darse la mano. SAVE THE PLANET!

Cristina Álvarez
Forma parte del equipo
FMRP, Reliable & Professional

 

*Libro, “Soñando el futuro”, dos mujeres, una conversación: política y activismo, por Cristina Narbona y Ana Etchenique.